Pues ya llego la VIII Concentración Nacional V-Strom en Sada (A Coruña). Para no perder tiempo y aprovechando que hay cuatro dias de fiesta y, ventajas de ser jefe, salimos el día 30 al mediodia con la moto cargadita dirección Lleida donde me encontraré con Jordi (Pirracas).

Como son las cosas, hemos quedado en el Area de Servicio de los Monegros de la autopista, pero momentos antes de llegar recibo una llamada de Jordi diciendome que se habia pasado y que nos encontraremos en la próxima salida. Asi que para alla vamos.

Como son las dos y algo, pues decidimos aprovechar para comer algo. Aqui la primera de canto. Entramos en un restaurante y le decimos al camarero donde nos ponemos para comer, lo que ha nuestra pregunta, su respuesta en un tono que no hacia preveer nada bueno fue: -en una silla-. Vale, captado. Nos pone el pan, nos da las cartas y nos apunta el beber. Al ver la carta y al no querer entablarnos mucho para poder seguir pronto la marcha, le preguntamos de buenas maneras a ver si nos podria hacer un plato convinado. Supongo que su no fue tan desagradable que cuando se dio la vuelta y sin terciar palabras entre Jordi y yo, me levanto y le suelto a Pirracas: -nos vamos- dejandole en la mesa, el pan y las bebidas. Para estupido, a mi, nadie me gana.


Con esto que salimos de alli y entramos en el bar de al lado. Lo que comprobé que la simpatia en esa zona de Zaragoza brilla por su ausencia, ya sea por el desierto que les rodea, por el viento o porque cuando se repartio la simpatia, se olvidaron de ese pueblo. Pero al final pudimos comernos un bocata de atun, una agua y un cafe, siguiendo la ruta hacia nuestro destino.


Al salir del restaurante, hablamos para saber que ruta cogemos, si hacia el norte dirección Alava y hacer noche por donde nos encontrasemos o dirección sur, via Soria. Jordi me comenta que mirando una web meteorológica decian que habia menos posibilidad de lluvia por el camino a Soria. Asi que como Gabinete Caligari "Camino a Soria". Pasan kilometros y kilometros y en un cruce, Jordi me para y me suelta: -creo que a ti te hace mas gracia ir hacia Vitoria, asi que reconfigura el Tom Tom y vamos para alla-. Dicho y hecho, volvemos a subir. Al final no se que fue, pero le puse al GPS , Soria, Alava, Valladolid, Burgos, Leon y unos cuantos pueblos y ciudades mas, por rutas rapidas, por rutas mas cortas, evitando autopistas y alguna que otra opcion mas que tenis por alli dentro el GPS. Supongo que como venganza, el GPS nos dio bastante vueltas (hay que reconocer que alguna carretera era bonita de conducir) hasta que un poco cansados de dar vueltas, Jordi me dice que me quemará el TomTom si le sigo haciendo caso.


Al final, nos encarrila por la N-120 que va paralela al Camino de Santiago, hasta llegar a Burgos. Por el camino, poco antes de llegar a la ciudad, pasamos por al lado de nuestro pariente lejano, Atapuerca. No paramos ni a saludar, se nos hacia tarde y teniamos que buscar hotel. Pasamo por varios con muchas luces de neon. Pensamos que eso no eran hoteles de pasar toda la noche, sino por horas, asi que nos adentramos un poquito mas en Burgos. Le comento a Jordi que el TomTom comenta que un poco mas adelante hay un hotel. Veo que me mira con cierto recelo u odio, no lo se, pero esta vez es verdad, alli vemos un hotelillo. Paramos las motos, realizamos las llamadas de rigor a la familia para informar de nuestra ubicación y entramos a pedir una habitación.


Nos atiende una mujer muy peculiar. Al descubrir que somos de Catalunya y despues de darnos las explicaciones pertinentes sobre precio y horarios, nos suelta con un catalan mas que correcto (que ya le gustaria a nuestro presidente hablarlo asi) -podeu deixar les motos al garatge-. Jordi y yo nos quedamos un tanto sorprendidos y le comentamo que su pronunciación es mas que correcta. Por lo que nos dio a entender, esa mujer era muy dicha con los idiomas y lo que ella creia que era básico para decir que hablas un idioma es cuando tienes una pronunciación correcta.


Dejamos las maletas en la habitación y nos dirigimos hacia el centro de Burgos. Una vez en la catedral, Jordi me comenta que me llevará a comer a un sitio típico de Burgos (ya se me hacia la boca agua pensando en las mocillitas, el lechal, y todas las viandas típicas regionales) hasta que me suelta: -voy a llevarte a comer MEJILLONES- ¿mejillones? Buffff, a Jordi le han afectado los kilometros. Pues si, se ve que un restaurante típico de alli es uno llamado "LA MEJILLONERIA", aunque, una vez que entramos, me confiesa Jordi que vino cuando era jovencillo y que creia recordar que habian mas tipos de mejillones de los que nos encontramos.

Todo y eso, nos metimos entre pecho y espalda dos raciones de estos moluscos, uno a la vinagreta, que estaban buenos y otros a la marinera, que estos estaban de vicio.





Como vimos que lo que era cenar, alli no era el sitio, nos metimos las tapitas y las cervecitas y con una llamada a tiempo a mi familia, me recomendaron un buen asador en la plaza donde esta la Casa del Cordon. Asi que para alla que nos dirigimos.


Tomamos asiento en el restaurante y veo que hacen unos menus que tienen buena pinta. Pregunto si por la noche tambien lo hacen y nos dicen que si. Asi que nos pedimos un "MENU DEL CID" que habia morcilla, sopa castellana, lechal o costillas y de postres queso de Buegos con miel. Nos pusimos como el Quico.





Despues de cenar como marqueses, nos dirigimos al hotel todo dando un paseo para hacer la digestión.

Al dia siguiente madrugamos un poquillo para hacer via dirección Sada. Por la carretera nos encontramos algo de niebla baja, pero que muy baja. Siguiendo la N-120 nos paramos a desayunar en un pueblecito, en el bar "El Castillo". Todo tiene su lógica, esta era la vista desde el bar.





Por aquella casualidades de la vida, supongo que el camarero era primo o hermano con el de Zaragoza. Con una simpatia que brillaba por su ausencia nos sirvio el desayuno y cuando le pedimos la cuenta por cuarta vez y al no atendernos, le vuelvo a soltar a Jordi uno de mis "nos vamos". Asi que calculo que aun debe estar intentando cuadrar la caja.


Los kilometros siguen pasando con tranquilidad pero sin pausa hasta que al salir de Leon, sorpresa, nos para la Guardia Civil. Ya empezamos, ¿que habremos hecho?, ¿algun radar oculto? Bufffff, paramos, me levanto la visera amable - Buenos dias, me permite el carné de conducir- Bajo de la moto, me saco los guantes, me saco el casco y le doy mi carné. Nos comentan que es una inspección rutinaria de control de permisos de conducir, dado que ha entrado en vigor la nueva ley con lo que es delito grave ir sin él. Aprovechando que nos habiamos despojado de nuestros atuendos motorísticos, entablamos una agradable charla con los agentes. Al cabo de un rato, despues de fumarme el cigarrito, nos comenta que si queremos disfrutar de nuestra ruta que cojamos la antigua N-VI, que con la nueva autovia ya no hay circulación a penas, que la carretera hay curvas y pequeños puertos de montaña y lo mas importante, que han quitado los radares de esa via para ponerlos en la nueva autovia, asi que, con cuidado, podriamos ir "alegres". Eso si, que no nos aseguaraba que no hubiera algun coche patrulla con radar mobil, pero que lo veia dificil ya que todos estaban destacados a la autovia.

Asi que dicho y hecho, para alla que nos dirigimos. La carretera es fantástica, el asfalto algo maltrecho porque ya casi ni se usa habiendo la nueva via rápida. Fuimos todo el viaje solos, solo algun coche de vez en cuando nos cruzaba o adelantabamos, pero fueron tantos que se podria haber contado con los dedos de la dos manos.

Llegamos a la gasolinera del Bierzo, poco antes de entrar en Galicia. Todo muy rural. Tan rural que hasta habian gallinas en dicha gasolinera. Aqui esta la curiosa imagen




Pasamos un puerto mas y no tendria que qudar mucho para Galicia, pero no habia visto ninguna señal, pero seguro que ya habiamos entrado en la comunidad porque empezo a llover.


Ibamos atravesando lluvias intermitentes mientras nos dirigiamos dirección al aeropuerto de A Coruña, cuando en una de estas precipitaciones, le añadimos que ibamos no rapidos pero si alegres, que mis ruedas ya estaban mas que apuradas y la pintura que nos brinda nuestro amigo Pere Navarro, que en una curva de izquierdas se me fue la rueda de delante. Aqui pense que de esta no me salva ni el apostol Santiago y eso que habiamos hecho todo su camino (eso si, en moto). Pues supongo que la suerte me sonrio y gracias a no tocar freno, aderezar la moto y rezar todo lo que sabia (eso fue poco dado mi vocación de ateo) pude salvarme de una caida casi segura. Aqui vi que las ruedas ya habian dado lo que podian dar y algo mas.


Despues de susto y de sortear las mil flechas y rallitas que hay en Galicia, llegamos al aeropuerto. La mujer de Jordi hacia 10 minutillo que habia llegado, asi que todo perfecto. Nos subimos los tres en las motos y nos dirigimos, ahora si, hacia Sada.